Después de ya casi una semana de viaje ya tengo una selección de unas 100 fotos comentadas y colgadas en Picasa. Así que puedo ahora con tranquilidad redactar mis primeras líneas en este blog para la tranquilidad de Ismael.
Como digo, ya ha pasado una semana y yo voy a escribir sobre las curiosidades o cosas que me han llamado la atención en Chile, expresiones lingüisticas, detalles que se me han ido grabando y que es mejor fijar ahora.
Al llegar a Santigo de Chile me resultó llamativo la cantidad de perros que había por todas partes, plazas, jardines, calles, delante de comercios. La mayoría tumbados, casi con apariencia de estar muertos. Del aspecto, ya os podéis imaginar, sucios y pulgosos. Lo llamativo era como digo la cantidad, el aspecto pero también su tranquilidad. Ninguno agresivo. La primera noche en Santiago paseamos desde el B&B hasta el centro, la Plaza de Armas, allí es donde más había. Claramente eran perros vagabundos, incluso en la Plaza de la Constitución que está frente al Palacio de la Moneda, sede presidencial, había muchos perros. La plaza de la Constitución nos pareció muy desangelada y triste, apenas iluminada. Si no fuese por la policia que vigila el palacio de la Moneda daría incluso miedo. Pero volviendo al tema de los perros, el cambio a otras ciudades tan solo confirmó que era un panorama general en Chile, perros por todos lados, frente al supermercado, paseando por las aceras, incluso vimos a alguno que se apuntó a la carrera popular que hubo el día siguiente a nuestra llegada.
A nuestra llegada a la zona de naturaleza, muy al sur de Santiago no pude evitar preguntar al guia que nos acompañó al Parque Nacional Huerquehue sobre los perros. Fue el quién nos confirmó que todos los perros que hemos visto hasta ahora son perros “vagos”. Viven exclusivamente de la comida que la gente les da. Los perros son tan tranquilos y amables ya que cada persona es potencialmente alguien que los puede alimentar, así que jamás un perro vago te ladrará en Chile.
Los viajeros israelitas: a lo largo del viaje nos estamos cruzando con turistas de diferentes países. La mayoría norteamericanos y europeos (franceses, alemanes), también bastantes brasileños. Los reconoces rápidamente al oirlos hablar pero el hebreo es un idioma al que no estamos acostumbrados y no es fácil reconocerlo. Es sabido que el servicio militar en Israel es obligatorio tanto para hombres como para mujeres. Los hombres hacen 3 años, las mujeres dos. Lo que no sabíamos es que al terminar reciben ayudas económicas del gobierno israelí para viajar por el mundo. Muchísmos de ellos viajan por sudamérica. El trayecto suele ser, Argentina, Chile, Perú, Bolivia y terminan en Brasil haciendo coincidir el final del viaje con el carnaval. Esta información nos la dió nuevamente un guía de turismo. Nos comentó que vienen con el dinero ajustado para un viaje tan largo y que hacen un turismo de “supervivencia”, alojandose en los lugares más económicos y gastanto poco. Nosotros lo pudimos confirmar ya que tras visitar unos saltos de agua un chico no preguntó si podíamos llevarlo en nuestro auto de alquiler hasta la carretera para poder tomar un bus. Resultó ser un hebreo que estaba de año sabático y pensaba hacer la ruta que el guía nos había adelantado, por supuesto el final del viaje era Rio de Janeiro. Para esos últimos días guardan todo el dinero.
El cuerpo de bomberos en Chile. Otro dato curioso es que en Chile los bomberos son voluntarios. En cada pueblo, por pequeño que sea hay un pequeño retén de bomberos, con sus vehículos y pequeña oficina. Cada bombero trabaja voluntariamente entre 15 a 20 días al mes (echa jornadas tras su jornada normal de trabajo) y cuando no está en el parque tiene que estar localizado para una emergencia de gran magnitud. Este sistema permite al país tener un gran porcentaje de población preparada para actuar con diligencia ante grandes catástrofes. Y esto en Chile es muy importante. Aquí, en 1964, se produjo el terremoto de mayor magnitud de los registrados hasta hoy en día con una puntuación de 9,5
Otras expresiones:
Una luca = 1000 pesos (esto nos sonaba de las películas argentinas)
La capa de ozono: resulta que el agujero de la capa de ozono está justamente encima de Chile y es por eso que el sol nos abrasa allá por donde vamos. Por más crema solar y de más factor de protección que nos echemos no conseguimos dejar de sentir nuestra piel recalentada.
Carreteras y cortes. La autopista Ruta 5 está muy bien desde Santiago hasta Puerto Montt. Allí se convierte en la ruta Austral, dicen que la media es que por esa carretera pasa una media de 3 coches cada hora. Hemos conocido a un bilbaino que junto a una francesa que conoció aquí bajaron desde Puerto Montt hasta Punta Arenas haciendo auto-stop por la carreteral austral. El resto de carreteras del país se dividen entre carreteras convencionales de doble sentido con frecuentes cortes porque están reparando tramos y hay que esperar a que los que vienen en sentido contrario. Un eficiente operario da la vuelta a una señal de tráfico que indica Pare (stop) o Siga. Las carreteras de grava o ripio como llaman aquí. Un infierno para el conductor y un calvario para las empresas de alquiler de coche puesto que los devolvemos sucios de polvo y menos mal que no revisan los bajos porque la piedras deben haber abollado bien alguna parte...
Propinas: un 10% del valor de la cuenta. Sí, hemos llegado a dejar 14€. En algunos sitios incluso cuando te traen la cuenta viene reflejada la propina sugerida.
Autobuses. Como en otros países latinoamericanos que hemos visitado, suelen ser muy cómodos los de larga distancia. Siempre hay una asistente del conductor, es quién baja y sube las maletas y las etiqueta para su control, revisa los billetes al rato de haber salido el bus a su destino y está atento a cualquier necesidad del pasajero. Los buses suelen llevar una puerta que separa al conductor y al asistente de los pasajeros y todos tienen baño.
Gasolina. Un dato importante es que hay muchísimas gasolineras concentradas en pocos metros de distancia. En Puerto Varas contamos 5 en apenas 300m. Lo curioso de esto es que las gasolineras están en las poblaciones pero nunca en ruta lo cual nos supuso un apuro grande saliendo de Chiloé pues nos dimos cuenta de que no nos alcanzaba la gasolina para llegar al aeropuerto. Nos vendieron 10L en una casa!!
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