martes, 6 de diciembre de 2011

Curiosidades - "Al tiro"

Después de ya casi una semana de viaje ya tengo una selección de unas 100 fotos comentadas y colgadas en Picasa. Así que puedo ahora con tranquilidad redactar mis primeras líneas en este blog para la tranquilidad de Ismael.

Como digo, ya ha pasado una semana y yo voy a escribir sobre las curiosidades o cosas que me han llamado la atención en Chile, expresiones lingüisticas, detalles que se me han ido grabando y que es mejor fijar ahora.

Al llegar a Santigo de Chile me resultó llamativo la cantidad de perros que había por todas partes, plazas, jardines, calles, delante de comercios. La mayoría tumbados, casi con apariencia de estar muertos. Del aspecto, ya os podéis imaginar, sucios y pulgosos. Lo llamativo era como digo la cantidad, el aspecto pero también su tranquilidad. Ninguno agresivo. La primera noche en Santiago paseamos desde el B&B hasta el centro, la Plaza de Armas, allí es donde más había. Claramente eran perros vagabundos, incluso en la Plaza de la Constitución que está frente al Palacio de la Moneda, sede presidencial, había muchos perros. La plaza de la Constitución nos pareció muy desangelada y triste, apenas iluminada. Si no fuese por la policia que vigila el palacio de la Moneda daría incluso miedo. Pero volviendo al tema de los perros, el cambio a otras ciudades tan solo confirmó que era un panorama general en Chile, perros por todos lados, frente al supermercado, paseando por las aceras, incluso vimos a alguno que se apuntó a la carrera popular que hubo el día siguiente a nuestra llegada.

A nuestra llegada a la zona de naturaleza, muy al sur de Santiago no pude evitar preguntar al guia que nos acompañó al Parque Nacional Huerquehue sobre los perros. Fue el quién nos confirmó que todos los perros que hemos visto hasta ahora son perros “vagos”. Viven exclusivamente de la comida que la gente les da. Los perros son tan tranquilos y amables ya que cada persona es potencialmente alguien que los puede alimentar, así que jamás un perro vago te ladrará en Chile.

Los viajeros israelitas: a lo largo del viaje nos estamos cruzando con turistas de diferentes países. La mayoría norteamericanos y europeos (franceses, alemanes), también bastantes brasileños. Los reconoces rápidamente al oirlos hablar pero el hebreo es un idioma al que no estamos acostumbrados y no es fácil reconocerlo. Es sabido que el servicio militar en Israel es obligatorio tanto para hombres como para mujeres. Los hombres hacen 3 años, las mujeres dos. Lo que no sabíamos es que al terminar reciben ayudas económicas del gobierno israelí para viajar por el mundo. Muchísmos de ellos viajan por sudamérica. El trayecto suele ser, Argentina, Chile, Perú, Bolivia y terminan en Brasil haciendo coincidir el final del viaje con el carnaval. Esta información nos la dió nuevamente un guía de turismo. Nos comentó que vienen con el dinero ajustado para un viaje tan largo y que hacen un turismo de “supervivencia”, alojandose en los lugares más económicos y gastanto poco. Nosotros lo pudimos confirmar ya que tras visitar unos saltos de agua un chico no preguntó si podíamos llevarlo en nuestro auto de alquiler hasta la carretera para poder tomar un bus. Resultó ser un hebreo que estaba de año sabático y pensaba hacer la ruta que el guía nos había adelantado, por supuesto el final del viaje era Rio de Janeiro. Para esos últimos días guardan todo el dinero.

El cuerpo de bomberos en Chile. Otro dato curioso es que en Chile los bomberos son voluntarios. En cada pueblo, por pequeño que sea hay un pequeño retén de bomberos, con sus vehículos y pequeña oficina. Cada bombero trabaja voluntariamente entre 15 a 20 días al mes (echa jornadas tras su jornada normal de trabajo) y cuando no está en el parque tiene que estar localizado para una emergencia de gran magnitud. Este sistema permite al país tener un gran porcentaje de población preparada para actuar con diligencia ante grandes catástrofes. Y esto en Chile es muy importante. Aquí, en 1964, se produjo el terremoto de mayor magnitud de los registrados hasta hoy en día con una puntuación de 9,5

Y para terminar mi entrada al blog voy “Al tiro” con la expresión del viaje. Ya contó Ismael nuestra preocupación de si ibamos a conseguir tomar (que no coger) el bus que nos llevase de Santiago a Isla Negra. Otro problema podría ser la vuelta así que el conductor del bus que nos llevó nos aconsejó comprar los boletos “al tiro” cuando llegásemos a Isla Negra. Al tiro pudeo saber si me estás engañando o al tiro llegamos al siguiente punto de descanso subiendo al volcán. Yo le pido a Carolina que me de muchos besos al tiro. Vamos en el catamarán de regreso desde Peulla a Puerto Varas, voy a salir a cubierta a disfrutar del paisaje aunque como hace bastante viento probablemente regrese adentro al tiro :-)
Otras expresiones:

Una luca = 1000 pesos (esto nos sonaba de las películas argentinas)


La capa de ozono: resulta que el agujero de la capa de ozono está justamente encima de Chile y es por eso que el sol nos abrasa allá por donde vamos. Por más crema solar y de más factor de protección que nos echemos no conseguimos dejar de sentir nuestra piel recalentada.


Carreteras y cortes
. La autopista Ruta 5 está muy bien desde Santiago hasta Puerto Montt. Allí se convierte en la ruta Austral, dicen que la media es que por esa carretera pasa una media de 3 coches cada hora. Hemos conocido a un bilbaino que junto a una francesa que conoció aquí bajaron desde Puerto Montt hasta Punta Arenas haciendo auto-stop por la carreteral austral. El resto de carreteras del país se dividen entre carreteras convencionales de doble sentido con frecuentes cortes porque están reparando tramos y hay que esperar a que los que vienen en sentido contrario. Un eficiente operario da la vuelta a una señal de tráfico que indica Pare (stop) o Siga. Las carreteras de grava o ripio como llaman aquí. Un infierno para el conductor y un calvario para las empresas de alquiler de coche puesto que los devolvemos sucios de polvo y menos mal que no revisan los bajos porque la piedras deben haber abollado bien alguna parte...


Propinas
: un 10% del valor de la cuenta. Sí, hemos llegado a dejar 14€. En algunos sitios incluso cuando te traen la cuenta viene reflejada la propina sugerida.


Autobuses
. Como en otros países latinoamericanos que hemos visitado, suelen ser muy cómodos los de larga distancia. Siempre hay una asistente del conductor, es quién baja y sube las maletas y las etiqueta para su control, revisa los billetes al rato de haber salido el bus a su destino y está atento a cualquier necesidad del pasajero. Los buses suelen llevar una puerta que separa al conductor y al asistente de los pasajeros y todos tienen baño.


Gasolina. Un dato importante es que hay muchísimas gasolineras concentradas en pocos metros de distancia. En Puerto Varas contamos 5 en apenas 300m. Lo curioso de esto es que las gasolineras están en las poblaciones pero nunca en ruta lo cual nos supuso un apuro grande saliendo de Chiloé pues nos dimos cuenta de que no nos alcanzaba la gasolina para llegar al aeropuerto. Nos vendieron 10L en una casa!!

Pingüinos vivos y árboles muertos

Salimos de Puerto Varas un poco tarde, porque nos demoramos mirando recuerdos y cambiando moneda. Como referencia, el euro está a 670 pesos.

Conducimos el coche de alquiler por la carretera Panamericana hasta el ferry de Pangua, que nos lleva apretados, junto a otros coches y varios camiones, a Chacao, en la isla de Chiloé. El viaje es corto y entretenido.

Ya en Chiloé nos dirigimos hacia el Oeste, hacia Ancud. El pueblo nos sirve de lanzadera para visitar la pingüinera situada en el extremo noroeste de la isla. Conducimos nuestro pequeño Christler por caminos de ripio hasta la playa, desde la que vemos tres islotes. Huesos gigantes de ballena se blanquean al sol entre las casas de los pescadores. Nos llevan hasta unos barcos y rodeamos los islotes; vemos pingüinos magallánicos y humbold; vemos también cormoranes, nutrias marinas y muchas, muchas algas. Es un ecosistema singular, extraño. y vivo.Nos quedamos con las ganas de ver una ballena azul pero aún rondan lejos de la costa en esta época del año. Los pingüinos son simpáticos y apacibles; los patos, veloces; las nutrias, histriónicas y ágiles.


De vuelta a Ancud, pasamos por la playa Mar Brava, pero no encontramos las tan aclamadas rocas basálticas. Ya nos vamos dando cuenta, entre trayecto y trayecto, de que el camino de ripio es más lento y farragoso de lo que parece. Nuestra velocidad apenas si llega a los 40 km/h.

De camino a Castro, decidimos desviarnos hacia Chepu, en la costa Oeste, pues al día siguiente vamos a concentrarnos en la costa Este y sus iglesias. Otro camino de ripio nos lleva hasta una zona desolada, anegada por las aguas saladas. Hubo aquí una inundación producida por un maremoto en los años sesenta; las aguas entraron en las zonas más bajas y dejaron un camposanto de árboles muertos, troncos blanquecinos ergidos sobre la nueva llanura fluvial.

 Hablamos con un viejo pescador, que a pesar de la hora (son más de las ocho de la tarde) accede a llevarnos en bote por la zona. Ponemos proa hacia la desembocadura del río. Bandadas de pájaros vuelan con nuestra estela y un león marino salta frente a nuestro bote. Vemos a los animales en su salsa, divertidos y asustados. Los últimos rayos del sol se reflejan en la superficie y llegamos al Pacífico, bravo y agitado. Damos la vuelta. Remontamos el río ahora hacia el dominio de los troncos sin vida, que deja estampas preciosas grabadas en nuestras retinas. Río de vida y de muerte, recuerdos ergidos y contradictorios que se alzan sobre las aguas, como un bosque de la memoria.


Disfrutamos. Disfrutamos mucho.

A la vuelta a Castro nos espera otra sorpresa; el palafito que hemos reservado nos aguarda alzado sobre pilares en el lago. Es precioso. Qué pena que no podamos saborearlo como nos gustaría, porque es ya tardísimo. Nos tomamos un buen merecido descanso.